La historia y la riqueza patrimonial de nuestra región han dejado en nuestros pueblos y ciudades vestigios hoy convertidos rincones muy bellos, llenos de encanto y cargados de significado.
En este artículo, recorremos algunas de las calles, plazas, centros históricos y barrios más originales de la Comunidad Valenciana, y te invitamos a conocer nuestros campings asociados cercanos a ellos.
Relojes de sol de Otos
Otos es una pequeña localidad de la provincia de Valencia.
Está situada junto a una de las montañas más reconocidas y populares de nuestro territorio (el Benicadell), en la Vall d’Albaida.
Además de su bonito entorno natural, Otos cuenta con una singular ruta de relojes de sol pintados a mano o elaborados en cerámica, que aparecen distribuidos por sus calles y fachadas.
Estos relojes fueron confeccionados a partir de un proyecto del constructor de relojes de sol o gnomonista local Joan Olivares, y son dignos de admirar.
Plaza del Almudín de Onda
El principal atractivo de Onda, en la provincia de Castellón, es el Castillo de las 300 Torres, del siglo X y junto al que, apenas un siglo después, se le sumó un palacio cuyos restos todavía se conservan.
Sin embargo, el rincón más llamativo de esta localidad de interior, situada cerca de la Costa del Azahar, es la plaza del Almudín.
Esta plaza es el centro histórico de la ciudad y se caracteriza por sus bellos soportales de estilo gótico (siglo XV).
Cuevas del Rodeo de Rojales
Rojales, en la comarca de La Vega Baja, es conocido por su magnífico conjunto monumental hidráulico urbano, compuesto por un azud, una noria, unas boqueras de acequia y un puente de sillería de los siglos XVI y XVIII.
Pero, si tenemos que destacar un «rincón» con encanto de este pueblo alicantino, esas son las Cuevas del Rodeo.
Este complejo tradicional de viviendas excavadas en la roca se construyó en los siglos XVIII-XX y, el primer domingo de cada mes, allí se celebra una feria de artesanía, con exposiciones, música, talleres, etc.
Barrio de San Roque de Alicante
El Barrio de San Roque de Alicante es conocido por sus calles empinadas y sus casas multicolores, que parecen «colgadas» en la ladera del monte Benacantil.
Menos popular que el Barrio de la Cruz, aunque igualmente encantador, conserva dos de sus puertas de entrada originales (la Puerta de Xàtiva y la Puerta de Castilla) a las que popularmente se conoce como “Arco de San Roque” y “Arco de Jesús”.
Barrio de la Aguja de Valencia
El Barrio de la Aguja rememora otros tiempos, con una trama urbana a la antigua, donde los peatones son protagonistas y donde, en verano, todavía puede verse a los vecinos «tomando la fresca».
Esta pequeña «isla» de casitas bajas situada junto a la Avenida del Cid, en Valencia capital, conforma un barrio pintoresco, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, cuando allí se instalaron artesanos dedicados a la fabricación de agujas y alfileres.
Ya en el siglo XX, se convirtió en un importante centro comercial y residencial gracias a las casas construidas por el Sindicato de la Aguja en 1930, una obra auspiciada por la Catedral Metropolitana de Valencia.
Destaca la Plaza de los Suspiros, conocida por sus coloridas casas y su ambiente tranquilo.
Calle de los Gatos de Benidorm
El «Callejón de los Gatos» se encuentra en pleno centro de Benidorm.
Se trata de una calle empinada, estrecha y desigual, por la cual se accede a la iglesia de San Jaime y Santa Ana y al Castillo.
Recibe este nombre por los dibujos de estos animales que hay pintados en las piedras que recubren cada uno de sus peldaños.
Debido a su ubicación, allí se concentran muchos locales de ocio de este conocido y turístico pueblo alicantino.
Calle de las Setas de Alicante
La calle San Francisco de Alicante, de carácter peatonal y comercial, está decorada con setas de hasta casi 4 metros de altura, además de insectos, caracoles y otros elementos como salidos de un bosque encantado.
Convertida en un atractivo turístico más de la ciudad, muchos extranjeros se realizan fotos al transitar esta fotogénica «avenida» que ellos han rebautizado como «Mushroom street».
Calle de las banderas de Calpe
La empinada calle Puchalt es unos rincones más fotografiados y cuidados del centro histórico de Calpe, y es conocida porque los colores de la bandera de nuestro país decoran sus escalones y maceteros.
Su origen está un concurso de engalanamiento de calles organizado durante los actos de celebración del III Centenario del Cristo del Sudor (1682-1982), cuando los vecinos decidieron pintar de rojo y amarillo los frentes de su escalinata para conseguir el efecto de una gran bandera desplegada.
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